Carstens, el hombre más querido de México, anunció recientemente el impuesto especial para el tabaco, bebidas alcohólicas, juegos de azar y telecomunicaciones.
Éste último es una verdadera mentada de madre, en todo caso sería completamente justificable si hubiera internet inalámbrico gratis en los parques o lugares públicos (que los hay, pero son contados), pero para los que tenemos que pagar por el nada barato servicio (que a huevo te lo ensartan con tele o teléfono) es una verdadera molestia.
Como diseñador gráfico necesito mandar correos con clientes que no viven en la misma ciudad que yo, o simplemente comunicarme de una manera rápida y eficiente. Admito que paso buen tiempo en Facebook o YouTube, pero principalmente el internet para mí es una herramienta de trabajo.
Es como si a un carpintero le pusieran un impuesto para usar un martillo, o si a un doctor le cobraran por usar jeringas. "Lo siento señor, no podemos curarlo porque hice mal mi declaración de impuestos".
Finalmente, como aun no hay impuestos para las mentadas de madre, puedo decir tranquilamente: Agustín Carstens, hazme el chingado favor y vete a rechingar a tu madre.
Promoveré el impuesto a las mentadas de madre, quiero ver que la gente le escupa a mi comida =P
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